jueves, 24 de julio de 2014




El sistema de juego 1-5-4-1 ha sido puesto de moda tras los resultados de la selección de Costa Rica, que con este sistema ha desafiado al favorito Uruguay en el partido de apertura del grupo D en el reciente Campeonato del Mundo Brasil 2014.

Este sistema, aparentemente ultradefensivo puede en cambio ser
utilizado por aquellos, que aun queriendo reforzarse defensivamente, porque juega contra un equipo más fuerte o por las características propias de los jugadores, sin tener que renunciar a la fase ofensiva.
De hecho, como sucede a menudo, más que la disposición de partida lo que cuenta en un equipo, para definir el juego ofensivo, es el tipo de sistema decidido por el entrenador y el modo de interpretar las fases ofensiva y defensiva por los jugadores.

TÁCTICA



EL PRESSING
En un sistema como el 1-5-4-1, realizar una presión
ultra ofensiva, puede resultar contraproducente.



De hecho la disposición natural de este modelo
con cinco defensas, favorece la cobertura y la
recuperación del balón en zonas del campo más
retrasadas. Es por ello que el 1-5-4-1 aparece más
dispuesto a efectuar una presión ofensiva o una
presión defensiva.

PRESSING OFENSIVO




El modelo 1-5-4-1 se organiza en torno a una
defensa compuesta de 3 centrales y 2 laterales,
con un centro del campo de 4 jugadores actuando
detrás del único atacante. Es por ello que este
sistema se va construyendo a partir de un bloque
defensivo 5+4 que proporcionan una cobertura
eficaz tanto en profundidad como en amplitud. La
profundidad esta de hecho cubierta por la presencia
de 3 defensores centrales, uno de los cuales
mayoritariamente asignado a separarse hacia atrás,
jugando casi como un "libero" detrás de los otros
dos defensores. La cobertura en amplitud en cambio
garantizada por la presencia de dos jugadores en



los carriles laterales: el defensor y el centrocampista
externo. Veamos entonces cómo comportarse
realizando un pressing ofensivo con un 1-5-4-1 en
función de los diversos sistemas de juego.

Con el balón en posesión del director de juego
del 1-4-4-2 a la altura de mediocampo, es ahí
donde el 1-5-4-1 podrá iniciar su acción de
pressing: el interior irá a contrarrestar al lateral,
mientras que toda la línea de mediocampo

efectuará la diagonal defensiva, con el lateral
opuesto preparado para entrar por el pasillo
central para aumentar la cobertura central. El
nº9 acosará para evitar un pase fácil al pivote
adversario más cercano al balón. (Fig.3)
Con el balón en posición central a uno de los
dos pivotes centrales, la línea de mediocampo
del 1-5-4-1 se compactará con un central del
mediocampo que irá a contrarrestar al poseedor

del balón, mientras el resto del mediocampo
realizará la diagonal central defensiva. Los
extremos laterales tendrán la tarea de marcar a
los adversarios ofensivos, mientras el nº 9 cubrirá
un eventual pase atrás. (Fig.4)


figura 3
figura 4


figura 5
figura 6
figura 7


1-4-3-1-2


Contra un 1-4-3-1-2 el 1-5-4-1 deberá
preocuparse de cubrir al pivote de delante de
la defensa y el nº 10 buscará espacios detrás de
nuestra línea de mediocampo. (Fig.5)

figura 8
Una solución podría ser aquella que dejase la
posesión a los centrales defensivos e intervenir
solamente cuando el balón llegue a un lateral: en
este caso podemos solicitar al nº 9 un marcaje
al pivote rival, mientras que los mediocampistas
realizan la diagonal de cobertura. (Fig.6)
Surge un problema si nuestro delantero es
superado y el balón llega al pivote rival: en
este caso haremos presionar a un mediocentro
mientras el resto de la línea manifiesta
profundidad defensiva, la línea de 5 garantiza
cobertura de la profundidad. (Fig.7)



1-4-3-3
 
Contra un 1-4-3-3 el problema surge al afrontar
una inferioridad numérica en medio campo
donde los adversarios pueden jugar un 3 contra
2.
A esto se le añade el hecho de marcar a 3
delanteros. (Fig.8)




TÁCTICA
figura 9

La primera solución con balón lateral, será la
de utilizar nuestros dos hombres laterales para
cubrir el exterior del 1-4-3-3 pidiendo siempre a
nuestro nº 9 el marcaje del pivote rival. (Fig.9)
Con el balón en el pivote y nuestro delantero
centro sin estar en disposición de marcaje, la
situación se complica. En este caso deberán ser

figura 10
figura 11
figura 12
los centrocampistas los que marcarán al pivote.
(Fig.10)
En caso de un ritmo de juego alto, nuestros
centrocampistas se arriesgan a llegar tarde al
balón si este viene del exterior. arriesgamos el 2
contra 1 en el pasillo lateral. (Fig.11)
En este caso , una respuesta posible es la de
enfrentar el lateral ofensivo contrario con
nuestro interior, mientras la cobertura es
realizada por uno de los tres centrales, mientras
el interior del lado opuesto desciende basculando
convirtiéndose en una línea de 4. (Fig.12)
Los mismos principios son válidos también
figura 13
enfrentándose a un 1-4-2-3-1.
1-3-5-2
Contra un 1-3-5-2- el 1-5-4-1 está en clara
inferioridad numérica en medio campo, sea en
la zona central, donde se juega un 3 contra 2,
sea en su totalidad con un 5 contra 4. En este
caso se valora si cabe todavía más las ayudas
del delantero que debe marcar al pivote rival.
Aun así esto podría no ser suficiente porque en
el 1-3-5-2 puede avanzar uno de los centrales
defensivos, en superioridad numérica contra
nuestro único delantero, para buscar una
figura 14
situación de desequilibrio en beneficio propio.
(Fig.13)
La solución es la de utilizar nuestros 4
centrocampistas muy juntos, con un lateral
que presiona al poseedor del balón. Los otros
se juntan centralmente, el lateral defensivo se


ocupará de su par. (Fig.14)

















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