Fiel al estilo del teutón, que es un obsesivo por estudiar el estilo de juego del rival, el partido de esta semana de Champions lo planteó cediendo en grandes fases del partido la posesión al rival, conocedor de las preferencias de Wenger hacia la pelota y de que dispone de púpilos hábiles para ello. Por eso se podía observar al equipo alemán esperándolo con repliegue a zona de partida, realizando un efecto embudo, estrechando lo máximo posible el espacio y achicando (bloque muy conjuntado y compacto), como se puede apreciar en la primera imagen.
Una vez se encontraba el rival, en el espacio asignado a la presión bávara, los alemanes para hacer una rápida recuperación del esférico realizaban una superioridad numérica en la zona activa del juego. De este modo consiguen dos beneficios:
1- Más jugadores entorno al balón que el rival por tanto, mayor posibilidad de recuperar.
2- Cumplida la misión de robar el balón y debido a la acumulación de más jugadores en esa zona que el Arsenal, gran capacidad para sacar el balón jugado de la zona.
La siguiente imagen ilustra lo explicado
Una de las más repetidas y que no por ello dejan de ser eficaces preferencias tácticas realizadas por el equipo de Kloop, es la presión en la salida del balón por parte del rival, para robar y rapidamente montar el contraataque. Esto lo suele hacer alternándolo en el mismo partido con el repliegue a zona de partida, anteriormente descrito, con el propósito de que el rival no tenga una clara idea de lo que le puede plantear el equipo alemán.
En esta situación el Borussia planta su defensa en la línea divisoria, con la misma misión de reducir espacios, crear superioridad numérica y robo rápido para pillar desprotegido am rival y crear ocasión de gol, con la ventaja que al estar tan cerca del arco rival, una buen contraataque llevado en pocos pases pude generar ese peligro. Ver siguiente imagen
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