Pese a no suponer un desembolso económico excesivo, como nos tiene acostumbrados últimamente este fútbol moderno tan odiado por muchos, el traspaso de Xabi Alonso al club bávaro ha sido uno de los más importantes del pasado mercado estival. Totalmente por sorpresa, y con aún resaca tras la derrota en la Supercopa de España contra el Atlético de Madrid, saltaba la noticia de que el tolosarra quería cambiar de aires. Muy cuestionado en sus últimas apariciones y considerado por muchos como un jugador en decadencia cuya mejor versión ya se había esfumado, Xabi ponía rumbo a Munich para jugar bajo las órdenes de Pep Guardiola, quien se arriesgaba a darle una nueva oportunidad.
En el Real Madrid encajaban la baja con cierta tranquilidad. Diez millones por un jugador veterano que lo había dado todo por el club merengue y que tenía un sustituto claro con nombre y apellidos: Toni Kroos. Además, se liberaba el centro del campo, una zona un tanto saturada tras las nuevas incorporaciones. Poco tuvimos que esperar para darnos cuenta de lo mucho que deseaba Pep tener al “mariscal” entre sus pupilos. Sin casi tiempo para entrenar con su nuevo equipo, Xabi salía de inicio en el clásico contra el Schalke y demostraba que la directiva blanca había cometido un terrible error.

Análisis táctico
La función de Xabi Alonso en este Bayern parece clara. Un mediocentro capaz de sacar el balón jugado y potenciar ese estilo de toque y posesión que tanto le gusta a Guardiola. Incrustado entre los dos centrales, sirviendo de apoyo, haciendo lo que mejor se le da. Pases por arriba o por abajo, cortos o largos, pero ante todo precisos y capaces de romper líneas rivales. Poco esfuerzo físico, evitando así su mayor “handicap”, la edad y que nunca ha sido un jugador rápido.
En defensa, como tercer central prácticamente, formando una línea de cinco difícil de superar, moviéndose incluso en posiciones de líbero, el último invento de Pep. En ataque, para la salida de balón, entre los dos centrales, que se abren. Los laterales ocupan posición de interior. Un centrocampista viene a apoyar y de esta manera ensanchan el campo generando espacios letales para la zaga rival. En su primer encuentro, el tolosarra renació. Nadie pensaba en la posibilidad de que le temblaran las piernas, pero tampoco muchos esperaban que realizara un encuentro tan completo.
Parecía que llevaba años en el club bávaro compartiendo vestuario con esos compañeros. Su integración era perfecta. Sólido, cómodo, seguro. Debut impecable, únicamente ensuciado por no conseguir los tres puntos debido a un gol recibido a balón parado que a punto estuvo de sacar nuestro protagonista bajo palos. En su segundo partido, el disputado este sábado frente al Stuttgart, otro clínic del español. Muy cómodo en el terreno de juego, moviendo rápido el balón y colocando el centro que originaría el gol que inauguraba el marcador para los bávaros, dejando claro que lo del primer encuentro no había sido casualidad.
Salida de balón del Bayern. Xabi se coloca entre los centrales, que se abren. Los laterales avanzan a posiciones de interior. Y un centrocampista, en este caso Rode, se ofrece. Alonso rompe líneas rivales con pases rasos o bombeados, buscando la espalda rival.
En defensa. Se incrusta entre los dos centrales, formando una línea de cinco que complica la acción rival.
Dos partidos sin Xabi y el Real Madrid hace aguas con dos derrotas seguidas y un Kroos que echa de menos tener un apoyo de las características del tolosarra. Dos partidos con el Bayern y dos veces nombrado mejor jugador del encuentro por la televisión alemana.
Puede que Xabi Alonso sea esa pieza que tanto se necesitaba en Munich para volver a ese nivel perdido tras la derrota en semifinales de la pasada Champions ante un Madrid que parece haberse quedado huérfano con la salida del “maestro”.

Salida de balón del Bayern. Xabi se coloca entre los centrales, que se abren. Los laterales avanzan a posiciones de interior. Y un centrocampista, en este caso Rode, se ofrece. Alonso rompe líneas rivales con pases rasos o bombeados, buscando la espalda rival.

En defensa. Se incrusta entre los dos centrales, formando una línea de cinco que complica la acción rival.
Puede que Xabi Alonso sea esa pieza que tanto se necesitaba en Munich para volver a ese nivel perdido tras la derrota en semifinales de la pasada Champions ante un Madrid que parece haberse quedado huérfano con la salida del “maestro”.
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